Siguiendo la línea del análisis del libro Mal de escuela, de
Daniel Pennac, me gustaría destacar un aspecto formal que me llamó la atención
y que, seguramente, habrá pasado desapercibido. Se trata de la gran cantidad de
citas o menciones que hace a grandes novelas u obras escritas, sobretodo en
francés (obviamente es la lengua del autor).
Destacan sobre todo las menciones a Madame Bovary, de Gustave
Flaubert (tres) y a la obra de Rousseau (al que menciona hasta en cinco
ocasiones) en conjunto con Voltaire (dos) y Diderot (dos), es decir, La
enciclopedia.
¿Y por qué me ha llamado esto la atención? Puede ser que, como yo nunca he
sido un gran lector, el año que cursé Literatura Universal marcó un antes y un
después en mi vida. Desde entonces, siempre que leo un libro, me fijo en los
detalles (insignificantes para la mayoría, importantísimos para mi profesora).
Además, tuve que leerme el “espeso” libro de Flaubert de un modo un poco
forzoso (todos sabéis como se funciona en segundo de Bachillerato) amén de
memorizarme un epígrafe teórico de 8 páginas sobre La enciclopedia.
Y ya que estamos, voy a contar un poco de que van cada uno de estos libros y
por qué creo que Pennac los menciona en su libro.
Por un lado está Madame Bovary. Muy brevemente, esta novela
narra la historia de Emma Bovary, una mujer aburrida que lee muchas novelas
románticas y que protagonizará situaciones de rebeldía, sexo, infidelidades y
violencia (guarda muchos paralelismos con El Quijote, como bien
dice Vargas Llosa en La orgía perpetua). Pues bien, el caso es que
Emma Bovary tiene un papel de antihéroe, y eso guarda mucha relación con el
papel de Pennac en la sociedad, así como los Maximilien de turno que también
menciona. A mi parecer, cuando Pennac leyó Madame Bovary, se sintió
muy identificado con Emma.
Por otro lado está La enciclopedia. Esta obra colectiva fue
iniciada en 1750 y pretendía reunir todo el saber universal que con la
Ilustración se descubrió. Se dice que sentó las bases de la evolución francesa
en 1789. En mi opinión, Daniel Pennac quiere hacer un homenaje a sus autores,
especialmente a Rousseau, como muestra de agradecimiento al saber que aportaron
y que, de algún modo, ese saber llegó a él y le ayudó a ser mejor profesor y
escritor. Se podría decir que Rousseau le ayudó a salir de la “zoquetería”.
En definitiva, está claro que al tratarse de un autor francés se ven
claramente reflejadas en su obra las influencias literarias que recibió. Con
esta entrada he tratado de justificar la inclusión de dos de las mejores obras
de la historia de la literatura francesa en Mal de escuela, de
Daniel Pennac.